Lo blando se vulve barrera

Esta serie explora el instante en que la protección se transforma en límite. A través de cuatro escenas construidas con fotografía digital, inteligencia artificial, sublimación en tela e intervención pictórica, se configura un cuerpo envuelto en capas suaves que, al mismo tiempo que lo contienen, lo inmovilizan. Cada obra opera como una variación del mismo tránsito: de lo íntimo a lo visible, del refugio a la exposición, de la calma al corte. El cuerpo deja de ser protagonista para volverse superficie en mutación. Los fragmentos que lo cubren —telas flotantes generadas digitalmente y trabajadas materialmente— funcionan como una segunda piel emocional que evoca contención, pero también la urgencia del desprendimiento. Lo que parecía abrigo se revela como umbral. La pieza presentada se inscribe en ese recorrido como una pausa densa, un estado de introspección donde la fragilidad convive con el impulso de liberarse. Con los ojos cerrados, el personaje no duerme: escucha. La imagen no representa, suspende. Invita a habitar esa grieta donde la belleza deja de proteger y exige ser soltada.